¡Al fin ha llegado la estación que más nos gusta y los esperados días de playa! Todos estamos deseando irnos de vacaciones, tomar el sol, disfrutar de un baño y, sobre todo, ver nuestra piel más morena. Pero esto no significa que podamos olvidarnos de la importancia del cuidado de la piel en verano.
Que el sol es dañino y la piel tiene memoria no son ningún secreto. Las radiaciones UVA y UVB son las causantes de múltiples efectos, tanto a corto como a largo plazo. El eritema, quemaduras del sol en la piel, las manchas o el envejecimiento de la piel son claros ejemplos de ello. Además, los rayos solares provocan daños no visibles a nivel del ADN celular que pueden dar la cara con los años.
Para evitar todos estos efectos es muy importante el cuidado de la piel en verano. Sencillos pasos que te ayudarán a mantenerla sana y que luzca radiante. Simplemente adaptar tu rutina a esta época del año y tomar precaución antes y después de la exposición al sol.
Sabemos que quieres presumir de bronceado este verano y queremos ayudarte a hacerlo de forma segura. Por eso te traemos estas rutinas que van más allá del protector solar. ¿Estás lista?
Prepara tu piel antes de la exposición solar
Cuando hablamos del momento previo a la exposición al sol no nos referimos solo a utilizar una buena protección media hora antes. Hablamos de preparar la piel para recibir esas radiaciones. Hacerla más fuerte para que se ponga morena sin que aparezcan manchas y quemaduras. Suena bien ¿verdad?
La fórmula es sencilla: exfoliar, hidratar y tomar el sol de forma gradual.
- Con la exfoliación se eliminan las células muertas acumuladas en la epidermis, permitiendo que esta se renueve. Cuando retiramos todo ese exceso de impurezas de la capa más superficial de nuestra piel, estamos facilitando su oxigenación. Los poros quedan desincrustados y se absorbe mejor los nutrientes. El resultado es una piel renovada, fresca y luminosa. Gracias a la exfoliación nuestra piel estará preparada para recibir los cuidados que apliquemos, como la protección solar. Además, estaremos favoreciendo el bronceado y este será más uniforme. Nuestra recomendación sobre la exfoliación corporal en verano es que la realices 1 o 2 días antes de tomar el sol.
- La hidratación es algo que no puede faltar en tu cuidado de la piel en verano. Con las altas temperaturas es muy habitual que tengamos sequedad cutánea. Por ello, debemos equilibrar los niveles de hidratación todos los días. Además, después de la exfoliación siempre debemos hidratar la piel. Este paso es fundamental para cuidar tu piel, ya que la estarás preparando para la exposición evitando que llegue a deshidratarse. Recuerda aplicar tu crema hidratante todos los días después de la ducha, especialmente, después de la exfoliación corporal y la noche antes de tomar el sol.
- Por último, pero no menos importante, debes llevar a cabo una exposición paulatina. Es decir, tomar el sol de manera gradual, aumentando cada día el tiempo de exposición. Tu cuerpo necesita un tiempo para activar la melanina, que es la responsable del bronceado. Pasar muchas horas al sol los primeros días no te ayudará a ponerte morena de manera saludable. Tu piel debe acostumbrarse a las radiaciones poco a poco. Comienza por 10 o 15 minutos al día y ve incrementando el tiempo con cada exposición.
Cuidar tu piel antes de tomar el sol te va a ayudar a tener un bronceado más sano y natural. Pero estos pasos no son suficientes. Durante la exposición al sol no debes olvidar la crema protectora SPF 50, reaplicarla cada dos horas o después de bañarte, beber mucha agua y evitar las horas fuertes de sol. Queremos ponernos morena sin correr ningún riesgo.
¿Qué pasa después de tomar el sol?
Una piel preparada para recibir los rayos del sol es fundamental. Pero no es lo único. Cuidarla después de la exposición es más que necesario para mantenerla en buen estado y alargar el bronceado.
Después de tomar el sol la piel necesita calmarse y recuperarse y nuestro deber es ayudarla. Lo primero que debes hacer es utilizar un buen after sun que refresque y alivie la sensación de tirantez. El after sun es necesario porque tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias específicas para este momento. Debes aplicarlo siempre después de pasar unas horas al sol.
Y volvemos al tema hidratación. Como ya te adelantábamos, a mayor hidratación más uniforme y duradero será el broceado. Por eso debes usar tu crema hidratante todos los días del verano.
Y el toque final para el cuidado de la piel en verano
Si te preocupa tu dermis tanto como a nosotras, no puedes perderte estos tips extras de autocuidado específicos para el verano.
- Hidrata y protege la piel del rostro todos los días. La cara está siempre expuesta a las radiaciones y debes protegerla aunque no tomes el sol directamente.
- Recuerda que las células de la cara se renuevan más que las del cuerpo. Por eso el rostro tiene un tono diferente y debes tratarlo de forma específica.
- Debes adaptar tu rutina de cuidado de la piel en verano. Por ejemplo, no utilizar retinol en esta época, aumentar la protección y utilizar productos adaptados a este momento del año.
- No olvides proteger las zonas sensibles, tales como labios, pies, cicatrices, ojos…
- ¿Y el pelo? El cabello también sufre los efectos del sol, pero por suerte podemos protegerlo con sprays solares capilares.
Ahora que ya conoces la importancia del cuidado de la piel en verano, queremos enseñarte algunas de ¡nuestras recomendaciones! Con estos cuidados podrás realizar las rutinas completas y presumir de color este año.